viernes, abril 19, 2024
El CINU

COVID-19: La pandemia nos hace ver la interconexión de nuestra familia humana, dice Guterres

Mensaje del Secretario General de la ONU, António Guterres, sobre el coronavirus – COVID-19. 

Queridos amigos,

La agitación causada por el coronavirus – COVID 19 – está a nuestro alrededor.

Y sé que muchos están ansiosos, preocupados y confundidos.

Eso es absolutamente natural.

Nos enfrentamos a una amenaza para la salud como ninguna otra en nuestras vidas.

Mientras tanto, el virus se está propagando… el peligro está creciendo… y nuestros sistemas de salud, economías y vidas cotidianas están siendo severamente puestos a prueba.

Los más vulnerables son los más afectados, especialmente nuestros ancianos y aquellos con condiciones médicas preexistentes… los que no tienen acceso a un cuidado de salud confiable… y aquellos en la pobreza o que viven en condiciones precarias.

La propagación del virus llegará a su punto máximo.  Nuestras economías se recuperarán.

Las consecuencias sociales y económicas de la combinación de la pandemia y la desaceleración de las economías nos afectarán a la mayoría de nosotros durante algunos meses.

Pero la propagación del virus llegará a su punto máximo.  Nuestras economías se recuperarán.

Hasta entonces, debemos actuar juntos para frenar la propagación del virus y cuidarnos unos a otros.

Este es un momento de prudencia, no de pánico. Ciencia, no estigma.  Hechos, no miedo.

Aunque la situación ha sido clasificada como una pandemia, es una que podemos controlar.

Podemos frenar las transmisiones, prevenir las infecciones y salvar vidas.

Pero eso requerirá una acción personal, nacional e internacional sin precedentes.

Debemos declarar la guerra a este virus.

Debemos declarar la guerra a este virus.

Eso significa que los países tienen la responsabilidad de prepararse, reforzarse y ampliar la escala de sus esfuerzos.

Implementando estrategias efectivas de contención.

Activando y mejorando los sistemas de respuesta de emergencia.

Aumentando drásticamente la capacidad de análisis y la atención a los pacientes.

Preparando los hospitales, asegurándose de que tienen el espacio, los suministros y el personal necesario.

Y desarrollando intervenciones médicas que salven vidas.

Y todos nosotros tenemos una responsabilidad, también.

Seguir los consejos médicos y tomar medidas simples y prácticas recomendadas por las autoridades sanitarias.

Ningún país puede hacerlo solo.

Además de ser una crisis de salud pública, el virus está infectando la economía mundial.

Los mercados financieros han sido duramente golpeados por la incertidumbre.

Las cadenas de suministro mundiales se han visto interrumpidas.

La inversión y la demanda de los consumidores se han desplomado, con un riesgo real y creciente de una recesión mundial.

Los economistas de las Naciones Unidas estiman que el virus podría costar a la economía mundial por lo menos 1 billón de dólares este año – y tal vez más.

Ningún país puede hacerlo solo.

Más que nunca, los gobiernos deben cooperar para revitalizar las economías, ampliar la inversión pública, impulsar el comercio y garantizar un apoyo específico a las personas y comunidades más afectadas por la enfermedad o más vulnerables a los efectos económicos negativos, incluidas las mujeres, que a menudo soportan una carga desproporcionada de trabajo de cuidado.

Estimados amigos,

Una pandemia nos hace ver la interconexión esencial de nuestra familia humana.

Prevenir la propagación de COVID-19 es una responsabilidad compartida por todos nosotros.

Las Naciones Unidas, incluida la Organización Mundial de la Salud, están plenamente movilizadas.

Como parte de nuestra familia humana, estamos trabajando 24 horas al día, 7 días a la semana, con los gobiernos, proporcionando orientación internacional, ayudando al mundo a enfrentar esta amenaza.

Nos solidarizamos plenamente con ustedes.

Estamos juntos en esto – y lo superaremos, juntos.

Gracias.